Su falta de turismo masificado, mejor dicho, casi inexistente, le conferían un aire, un encanto, por mostrarse al turísta tal y como son. Sin occidentalismos. Eso es la esencia que buscaba en el viaje. Exotísmos.
Era curioso el observar las costumbres de la gente, desde las compras del mercado, hasta el suministro de los repartidores con sus coches o carruajes a rebosar de melones o sandías.
O sorprenderte con lo que te puedes encontrar en cualquier negocio. Un zorro del desierto.

Tras el paseo por el centro de Tozeur, nuestra siguiente parada en Metlaoui, nos llevaría a montarnos en un variopinto tren de época llamado el Lagarto Rojo, para adentrarnos en una encañonada ruta por las Gargantas de Seldja que nos conduce a las minas de fosfato.
Tras el paseo por el centro de Tozeur, nuestra siguiente parada en Metlaoui, nos llevaría a montarnos en un variopinto tren de época llamado el Lagarto Rojo, para adentrarnos en una encañonada ruta por las Gargantas de Seldja que nos conduce a las minas de fosfato.
En mi retina siempre quedará la imagen de los niños del lugar corriendo, algunos descalzos, tras el tren para recoger cualquier limosna u objeto que los turistas le arrojasen. Sinceramente, que bien vivimos y cuanto nos quejamos.

El tren, era como los típicos de las pelis del oeste. Con su primera, segunda y tercera clase. Su bar, sus pasillos y hasta sus baños eran preciosos. Era como recorrerte Arizona.


Tras el tren, comida y camino a nuestro destino final del día. Douz.
El tren, era como los típicos de las pelis del oeste. Con su primera, segunda y tercera clase. Su bar, sus pasillos y hasta sus baños eran preciosos. Era como recorrerte Arizona.
Tras el tren, comida y camino a nuestro destino final del día. Douz.
Por el camino atravesamos el famoso lago de sal de Chott El Djerid. Un lugar fantasmagórico. Es flipante ver como durante quilómetros lo único que te rodea es una extensa planicie salada.


Al llegar a Douz, descanso en el hotel y más tarde, para algunos, visita a los camellos, mientras otros como yo, nos dedicamos a sacar alguna que otra imagen de los tranquilos animales.

Al llegar a Douz, descanso en el hotel y más tarde, para algunos, visita a los camellos, mientras otros como yo, nos dedicamos a sacar alguna que otra imagen de los tranquilos animales.