Amanece a cientos de kilómetros de mi casa. Perdido en la periferia de la ciudad de Gafsa en el centro de Túnez, mis compañeros de viaje y yo iniciamos el camino para adentrarnos en el árido desierto y sus lagos salados en una jornada que se prevé muy calurosa. Son las 6 p.m. y el sol asoma amenazantemente por el horizonte dibujando entre luces el perfil de la ciudad, y dejando para el recuerdo una imagen irrepetible.
jueves, 28 de enero de 2010
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