miércoles, 30 de septiembre de 2009

Lo que nos ha traído el gato...

A veces en la sencillez de una foto, reside la belleza. Los momentos simples de la vida diaria son las mejores instantáneas a mi parecer. Esos momentos en los que el captor quiere captar la imagen lo más natural posible. Plasmar todo eso que ve y siente. Dejar para el recuerto un momento especial de hechos cotidianos.

Todo viene. Todo se va. La vida da muchas vueltas y a veces es mejor dejar que las oportunidades se escapen. Por lo menos mientras uno no esta seguro de que es lo que quiere para si mismo.
Las vueltas que puede dar en un segundo la existencia. Un segundo es suficiente para fastidiarte una buena imagen. Un segundo sobra para borrar de tu mente algo que crees desechar. Un segundo llega para cruzar una mirada, un suspiro un adiós.
Siempre que veo una puesta de sol es capaz de seducirme hasta llevarme casi con él. Ha pasar a un estado de evasión repentina que me hace dejar la mente en blanco. O a llegar a un estado de admiración hacia cientos de recuerdos que pueblan mi memoria.
Esos momentos especiales que únicamente pasan una vez cada día, que cruzan nuestras vidas y que nunca nunca volverán.