miércoles, 11 de noviembre de 2009

Al doblar la esquina

Aquel día llovía bastante. Era uno de esos días tristes que van de la mano asociados a Santiago de Compostela. La tristeza que se pega a sus piedras centenarias y que hace que la lluvia aquí sea arte. Callejeando a golpe de domingo mañanero, encontré una imagen que centró mi atención. Al doblar aquella esquina, cruce de tres calles, asomaba tímidamente la gran Berenguela en todo su explendor entre las piedras de la torre del reloj.