miércoles, 30 de septiembre de 2009

Lo que nos ha traído el gato...

A veces en la sencillez de una foto, reside la belleza. Los momentos simples de la vida diaria son las mejores instantáneas a mi parecer. Esos momentos en los que el captor quiere captar la imagen lo más natural posible. Plasmar todo eso que ve y siente. Dejar para el recuerto un momento especial de hechos cotidianos.

Todo viene. Todo se va. La vida da muchas vueltas y a veces es mejor dejar que las oportunidades se escapen. Por lo menos mientras uno no esta seguro de que es lo que quiere para si mismo.
Las vueltas que puede dar en un segundo la existencia. Un segundo es suficiente para fastidiarte una buena imagen. Un segundo sobra para borrar de tu mente algo que crees desechar. Un segundo llega para cruzar una mirada, un suspiro un adiós.
Siempre que veo una puesta de sol es capaz de seducirme hasta llevarme casi con él. Ha pasar a un estado de evasión repentina que me hace dejar la mente en blanco. O a llegar a un estado de admiración hacia cientos de recuerdos que pueblan mi memoria.
Esos momentos especiales que únicamente pasan una vez cada día, que cruzan nuestras vidas y que nunca nunca volverán.

martes, 29 de septiembre de 2009

Desde la atalaya del tiempo

Cuantas veces he pasado a su lado. En coche, en bici... Tantas que, a pesar de tenerla tan vista vuelvo a mirarla. Inerte al paso del tiempo, parcialmente derruída, vigía das Terras da Límia y de la antigua laguna de Antela.
Y a pesar de todas esas veces, ninguna he parado a contemplarla detenidamente, a dejarme envolver por la magestuosidad de sus muros, de su atalaya sobre el Lethes o de la historia de sus piedras. Y aunque nunca es tarde, el tiempo corre.
Antigua fortaleza de Sandiás, construída entre los siglos XI y XII para prevenir de la invasion de Alfonso Henríquez de Portugal, formaba parte del conjunto de fortificaciones Pena, Castro, Porqueira y Celme edificadas a tal efecto. Actualmente tan solo queda parte de la torre de homenaje. A Torre de Sandiás.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Nas augas do Muíño da Veiga

Buscaba relajación. Buscaba evasión. Aquella tranquila noche de comienzos de otoño era ideal. La temperatura lo permtía y la compañía era grata. ¿Darse un lujo? No, solo un baño.



Para los que no son de Ourense, una pequeña explicación; hablo de las Pozas do Muíño da Veiga, un pequeño molido reconstruído que da nombre a 3 pozas de agua termal de las muchas que podemos disfrutar en nuestra querida ciudad. Un paraíso termal.

A la soledad

Se dice que es mejor que amargarse con terceros, que no entiende ni cuestiona todo aquello en lo que pienses. La soledad es pensar que estás solo. Que es el silencio, que es tiempo de pensar, de reflexionar, de olvidar. Aunque en el fondo es la mejor compañía cuando estamos tristes. Cuando no estás. Cuando no tienes nada.
Pero pensándolo bien, sólo está solo, el que quiere estar solo. A pesar de que estes rodeado de personas y pienses sólo en la que te falta.
Si es que, la soledad es un buen lugar para visitar, pero un mal lugar para quedarse. Y como no, recuerda; mejor sólo que mal acompañado.



En la vida solo hay una cosa segura, aparte de la muerte y las dificultades. No importa lo mucho que lo intentes, no importa lo bueno que sean tus intenciones: vas a cometer errores, vas a hacer daño a la gente, van a hacerte daño
y si quieres recuperarte... Sólo hay una cosa que puedes decir.
Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón nunca se ajustan las cuentas,
las viejas heridas nunca se curan, y lo maximo que podemos esperar es que un día tengamos la suerte de poder olvidar.
Gracias por darme cosas como éstas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

El modelo inquieto

Es lo que era el pequeño micho. Me costó encontrarle el punto. Llenó mi tarjeta de 10 fotos inútiles antes de dejarme la que yo quería. Pícaro y astuto, intentaba ser esquivo con mi objetivo mientras se restregaba contra el pedrusco en el que estaba subido, entre cientos de piedras milenarias de la ruinosa Cartago.
De él me enamoró su imponente y profunda mirada.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Del verde al marrón pasando por el gris

Aunque parezca mentira y desde el pasado día veintidós, nos encontramos en otoño. Si si, en otoño, esa preciosa estación de colores amarronados tonos, cielos grises y nubes lagrimosas. Y digo "aunque parezca" porque mientras en el levante sus cielos se llenan de oscuridad, en la nuestra tierra gallega el tiempo es expléndido. Temperaturas altas, sol a raudales y pequeñas brisas que invitan a disfrutar del terraceo. También de terrazas pero de viñedos cargadas de preciadas uvas. Son estos días, días de trabajo con su recogida. Días de vendimia y de trabajo que con el calor reinante se hace sofocante y realmente duro.
Pero volvamos al inicio del otoño, el cual aunque tímidamente, comienza a dar muestras de su llegada.

El de nuestros primos hermanos asturianos

Hacía tiempo que no subía una foto de hórreos, y tras una pequeña estancia en tierras del principado tiempo atrás, la foto que he elegido para mostrar algún tipo de construcción del apartado es uno de esos tan gigantescos que se gastan nuestros compañeros astures. Es curioso ver como tienen multitud de usos, desde habitual despensa a vivienda, pasando por gallinero o tendedero. Es peculiar también su característica elevación para aislar de la gran humedad reinante en la zona. Hechos de madera en su mayor parte, con techo de teja y sin usar ningún tipo de clavo o punta (los realmente interesantes), se trasladan de un lugar a otro fácilmente. También llama la atención su puerta, siempre con orientación este o sur para resguardarse de las inclemencias del tiempo.
Prometo más fotos.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Sin arte pero curiosa

Cuando te cuentan o cuentas anécdotas de los viajes siempre te quedas con los detalles o curiosidades. Despues están esos otros que flipan cuando les cuentas algo sobre las costumbres de las gentes del mundo o su forma de vida. Una de las cosas que más le llama la atención a la gente es la distinción entre su mano izquierda y derecha. Lo sé, el blog no es el mejor lugar para comentar la imagen, pero haremos una pequeña excepción. Recuerden en el mundo musulmán a los moradores de Paraíso son mandados en el Corán como "los compañeros de la mano derecha" y a los moradores de Infierno se les menciona como "los compañeros de la mano izquierda". En resúmenes cuentas; La mano izquierda es usada principalmente para limpiarse, sobre todo para limpiar las partes privadas después de usar los servicios. ¿Qué es esto? ¿La limpieza de las partes privadas usando su mano? ¡Parece horrible! Si se equivocan, si es con el papel higiénico... responde algún occidental. Piensen, debería sólo contestales esto: -si usted se ensucia, ¿cuál es el modo más higiénico de limpiar el área afectada? ¿Lávelo a fondo con jabón y agua, o unte la suciedad alrededor con un pedazo de tejido en una tentativa vana en recoger todo esto?
La mano derecha es usada para aproximadamente todo lo demás; los apretones de manos, la comida o recoger el Corán sólo deberían ser hechos de la mano derecha. De ahí la curiosa manguera al lado del retrete, que se encontraba en cualquier baño durante mi estancia en Túnez.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Mirando a mi barrio

La noche se preciaba. El calor apretaba. La inquietud me llamaba. Me decido, salgo de casa dispuesto a buscar alguna imagen que merezca la pena o muestre algo interesante. Me dirijo al río, ¿un buen lugar? El puente del Milenio. Subo sus cientos de escaleras y comienzo a notar esa pequeña sensación temporal de mareo, habitual percepción camino de uno de sus dos miradores; el mirador sur. Contemplo, el silencio se rompe con el murmullo de la leve brisa en mis oídos. Me lo pienso, y tomo la imagen que abajo muestro.


Foto de mi barrio, o mejor dicho de parte de mi barrio con cientos de luces reflejando en el cielo noctucno Ourensano. Dando ese típico color rojizo a la noche de la ciudad de las Burgas. ¡Se me olvidaba! Sin flash, por supuesto.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Y al fin, se cumplió mi deseo "Cudillero"

Aunque sólo fuera a medias, ya que fue una visita express. Tras observarlo en cientos de imágenes, el otro día y de pasada pude sacer una pequeña muestra de lo que éste bello pueblo contiene. Callejuelas extrechas, casitas de colores, olor a mar y buen comer, es lo que nos depara la pequeña villa marinera. Un lugar de encanto entre tres montañas, un lugar de ensueño. Un lugar que enamora.
Sentí no poder parar, callejear, tomarme una caña o una sidrina en sus terrazas. Sentí creerme en sueños por un isntante. Sentí que volvería. Sentí que volveré.

martes, 22 de septiembre de 2009

El felino domesticado

Gatos. Ese animal tan independiente. Ese animal que es capaz de pasearse por una barandilla de un séptimo piso tan elegantemente que dudaría si es Cibeles o tal baranda.
Desconfiados, intrépidos, solitarios, callejeros, hábiles y ágiles. Negros, naranjas, blancos, o de mil y un colores. De el raza o "palleiros". Todos gatos. Si te miran, desconfian. Si tienen hambre te buscan, si tienen celo se ausentan.
Me recuendan a la vida en las grandes ciudades. Juzguen el porque.
A partir de hoy, empezará un nuevo apartado en mi blog dedicado al los lindos y fotogénicos gatitos.
Éste, es su perfil.
Gracias Gerardo por tener modelos así en tu casa.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Desde un lugar especial

Ourense, 20:30 horas, comienza a anochecer. El día es oscuro, amenazante de lluvia. Un día precioso para fotografiar la ciudad desde el Seminario Mayor. La primera con color, no sale como yo quiero. La segunda, en blanco y negro, poco nítida. Me paro a pensar, intento buscar una solución. La tengo, el tono verdoso que me rodea más el blanco y negro, me hacen crear una foto aplicando un filtro para tonalidades verdosas. Es mi solución. Apunto, disparo. ¡La tengo! Me enamora.
Foto para el recuerdo de un día triste Ourensano. Uno de tantos que nos pasamos bajo un mar de nubes. Uno de esos días que no sabes en que pasar tu tiempo. En que ocupar tu mente.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Un café en esa terraza

En en cada ciudad, en cada pueblo, en cada villa, siempre hay un lugar por el que muestro cierta preferencia. Ya sea una plaza, una calle, el ricón de turno, el más alto mirador o un apartado parque.
Con la entrada de hoy, quiero mostrar un lugar de la ciudad de Lugo que siempre me ha llamado la atención; un sitio, dónde el café sabe a café, la tranquilidad y el sosiego reinan a pesar de estar en el mismísimo centro de la ciudad amurallada. La plaza Mayor de Lugo, como la de mi querida Ourense, invita a sentarse en alguna de sus terrazas, relajarse, dejarse llevar durante unos instantes y gozar de tan grato momento.
Si alguna vez las circusntancias se lo permiten, compruébemlo, no se arrepentirán. Yo no lo he hecho.

sábado, 19 de septiembre de 2009

A distintas alturas

Puede parecer una foto normal, mas bien mala, de una casa cualquiera con aires castellanos. Y sí, lo es. Pero lo curioso de ésta foto y aunque no se aprecie con claridad en la imagen, son las distintas alturas de sus ventanas. No hay dos a la misma altura. Pues bien, este "fenómeno" de las distintas alturas ha sido concebido para la curación de los preciados jamones de la zona en la que se encuentra ésta y otras del mismo estilo.
Pero como, ¿todavía no os he dicho dónde es? La casa en cuestión, se encuentra en un pequeño y encantador pueblo, en las faldas de la Covatilla y dando nombre a la sierra; Candelario, muy próximo a Béjar en la provincia de Salamanca. Es un lugar que me llamó mucho la atención, no sólo por la belleza del mismo con sus estrechas callejuelas y magníficos rincones, sino por algunos detalles de la forma de vida de las gentes que desde siempre allí han vivido.

viernes, 18 de septiembre de 2009

En algún rincón sierense

Buscando dónde llevarnos algo a la boca y tomar una sidrina plácidamente, el pasado fin de semana, en Pola de Siero me topé con una callejuela a lo menos un tanto peculiar. No por su belleza, tampoco por su bullicio. Pero juzguen ustedes mismos, y aunque los hay de cualquier tipo, yo preferí no arriesgarme y continuar por la paralela, "por si acaso".

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Diario de Viaje - Túnez -El regreso-

Dicen que cuando te acostumbras a algo, cuesta abandonarlo. Cambiar a lo que te has habituado o enganchado se hace complicado dejarlo. Eso mismo es lo que me paso a mi, cuando le estaba cogiendo el gustillo a eso de trotear día sí y día también, cuando estaba iniciando decenas de relaciones personales, cuando empezaba a regatear de verdad o cuando empezaba a conocer la cultura en la que estaba inmerso, llegó el momento de regresar.
Despedidas nunca son buenas. Aunque sean temporales. En fin. Me recorre la nostalgia.
Pero me quedo con todo lo que una cultura, un país y un viaje rodeado de gente realmente fantástica, me ha y me han brindado durante ocho inolvidables días.
De allí me he llevado, fotos, cachivaches, champús y alguna herida. Pero de lo que más me he llevado, han sido recuerdos. Recuerdos que nunca se me borrarán, algunos me acompañarán otros me cambiarán.
Mezquitas, minaretes, mausoleos, casas de adobe y paja, cuevas y rincones de ensueño. Pueblos de colores bañados por el mediterráneo o ciudades imperiales de pálido color ocre. Bulliciosas urbes y pequeños poblados alejados de la mano de un Dios.
Campos de olivos, desiertos de piedras, de arena y de sal. Lugares inhóspitos pero llenos de vida.
Comerciantes, artesanos, maleantes, contrabandístas de gasoil, nómadas, pastores, hombres de negocios, todos tenían cabida en un lugar que siempre creí sin interés. Me equivoqué.
Gentes amables, curiosas, atentas. Gentes que viven de una manera sencilla, valorando lo poco que poseen.
Algo especial tiene Túnez. Algo que no sabría describir con palabras. Algo que envuelven esos cientos de aromas que sus perfumes y especias desprenden. Una cultura una forma de ver la vida distinta a la que estoy acostumbrado.
Merece la pena adentrarse en su mundo. Perderse en un país, que aunque explotado turísticamente, está todavía por descubrir.
Cuando vuelves a tu destino y llegas a casa, te das cuenta de que todo sigue igual. Que lo poco que se ha alterado son anécdotas insignificantes comparado con lo que tú has vivido, y, te das cuenta de lo único que ha cambiado has sido tú.
Por cierto, el fotógrafo a veces también es fotografiado, en un momento de espontaneidad. Compartiendo un poco de vida con las gentes del lugar. Ése lugar que me enamoró en mi viaje.
Y aunque no me guste subir fotos mías, hay estampas y momentos que merecen la pena por su naturalidad.
Gracias Isa. Gracias Araceli.

martes, 15 de septiembre de 2009

Diario de Viaje - Túnez -Día 6- Lunes 7 de Septiembre de 2009

Penúltimo día de estancia en Tunis y último de trote. En pié a las 7:00, hora local (una menos que en España). Suena el teléfono, aseo, recojo la maleta, buffet para desayunar y al bus. Por delante nos esperaba un largo viaje.
El paisaje va cambiando camino de nuestra primera parada. Comenzamos discurriendo por un desierto de arena, de la arena pasamos al desierto de piedras y de las piedras pasamos a un paisaje cada vez más montañoso y árido. Me recuerda a algún lugar andaluz, o a los Monegros en Huesca.
Primer descanso. Llegamos a Tamezret, paramos en una especie de atalaya con un museo en su interior y un bar. Desde ella están realizadas las siguientes fotos. Tamezret, es un pueblo pequeñito pero con un encanto curioso. Hace frío. Comienza a llover.


Son unas gotitas, pero la temperatura pega un bajón bestial comparado con los días que nos precedieron.
Continuamos el viaje. Las rectas de la carretera tras pasar Tamezret, comienzan a convertirse en reviradas curvas. Poco a poco nos acercamos a la siguiente visita del día. Las casas trogloditas de Matmata. Es curioso como podía vivir la gente en éste lugar. La roca de su entorno les permitía excavar en plena roca cuevas en las que protegerse de los extremos climáticos que la población local padece en éstas tierras.

Es curioso ver también, que occidente también llega a los trogloditas. Las antenas de televisión y las marcas más vendidas del mundo están presentes junto a las construcciones de antaño y se mezclan con la cultura ancestral que siguen en parte manteniendo aquí en el sureste Tunecino. Las pequeñas entredas de las cuevas, dan paso a un patio interior de grandes dimensiones, desde el que se accede a los distintos departamentos que componen las viviendas; dormitorios, graneros, etc.

En Matmata, ya en dentro del pueblo, visitaremos el pequeño hotel dónde George Lucas decidió grabar las escenas del bar de la Guerra de las Galaxias, haciendo de un lugar casi inóspito y perdido, un pueblo turístico. No sólo de Star Wars fue escenario el lugar, en Busca del Arca Perdida de la saga de Indiana Jones, también fue grabada por estos lares.
De nuevo al autocar, para partir con destino al restaurante dónde me decidí a sacar alguna imagen de los productos "locales". Si es que neocolonialísmo lo hay en todo el mundo, o mejor llamémosle "globalización".
Tras la comida, último destino de nuestro día y último lugar de interés que visitaremos en nuestro viaje. El anfiteatro romano del Jem nos esperaba con su majestuosa silueta y su planta casi original e incorrupta al paso de los siglos. No os voy a contar nada más, ya que internet y el amigo google a día de hoy lo solucionan todo.
Dentro de él, pasamos un buen rato, un rato claro está y previo pago del típico dinnar del derecho a fotos, utilicé para fotografiar tal magestuosa edificación.




Por cierto, los ceniceros estaban muy bien integrados con el entorno, dejándome alguna bonita estampa.

Así como el juego de luces de sus arcos, inspiraban alguna buena foto.

E incluso las casas que rodeaban al gran edificio eran de bella factura.

Tras la visita, nos esperaba un largo viaje de vuelta entre olivares hasta nuestro punto de partida, el turístico Hammamet, dónde pasaríamos la última noche antes de regresar a nuestros destinos de partida.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Diario de Viaje - Túnez -Día 5- Domingo 6 de Septiembre de 2009

Quinto día de ruta por tierras tunecinas. Madrugamos. ¿Qué día no lo hemos hecho? El viaje lo requería. Primera parada del día; visita al núcleo urbano de Tozeur. Es una ciudad con encanto, de esas de interior que tanto me han gustado como Kairouan. De Tozeur, me faltó un poquillo más de tiempor para conocerla mejor.
Su falta de turismo masificado, mejor dicho, casi inexistente, le conferían un aire, un encanto, por mostrarse al turísta tal y como son. Sin occidentalismos. Eso es la esencia que buscaba en el viaje. Exotísmos.
Era curioso el observar las costumbres de la gente, desde las compras del mercado, hasta el suministro de los repartidores con sus coches o carruajes a rebosar de melones o sandías.



Ver aún organizarse a los comerciantes por gremios, algo extinguido en occidente, aquí es posible.
O sorprenderte con lo que te puedes encontrar en cualquier negocio. Un zorro del desierto.

Tras el paseo por el centro de Tozeur, nuestra siguiente parada en Metlaoui, nos llevaría a montarnos en un variopinto tren de época llamado el Lagarto Rojo, para adentrarnos en una encañonada ruta por las Gargantas de Seldja que nos conduce a las minas de fosfato.

En mi retina siempre quedará la imagen de los niños del lugar corriendo, algunos descalzos, tras el tren para recoger cualquier limosna u objeto que los turistas le arrojasen. Sinceramente, que bien vivimos y cuanto nos quejamos.

El tren, era como los típicos de las pelis del oeste. Con su primera, segunda y tercera clase. Su bar, sus pasillos y hasta sus baños eran preciosos. Era como recorrerte Arizona.


Tras el tren, comida y camino a nuestro destino final del día. Douz.
Por el camino atravesamos el famoso lago de sal de Chott El Djerid. Un lugar fantasmagórico. Es flipante ver como durante quilómetros lo único que te rodea es una extensa planicie salada.



Al llegar a Douz, descanso en el hotel y más tarde, para algunos, visita a los camellos, mientras otros como yo, nos dedicamos a sacar alguna que otra imagen de los tranquilos animales.