sábado, 10 de octubre de 2009

Añorando el tiempo pasado

Últimamente estoy subiendo muchas fotos de días grises, de lluvia y nubarrones. Aunque no tiene porque, de días tristes.
Quizá a modo de cambio, de ánimo o simplemente buscando recuerdos, hoy presento y saco de mi memoria aquellos días veraniegos en los que me pasaba las horas tumbado a la bartola.
Atrás queda un verano de emociones, viajes y experiencias únicas. Y aunque no sea oro todo lo que reluzca, también ha tenido sus malos momentos. Sus crisis emocionales, o sus problemas varios.
A pesar de todo lo anteriormente contado, el verano es la estación que mayor número de adeptos tiene. El buen tiempo anima y ayuda a que todo parezca mejor, más bonito. También nos hace más vagos y perezosos y gozar de las vacaciones tumbado en la fina arena es una de las mejores maneras de reconfortarse.
Pero como no, lo bueno también se acaba y el buen periodo sigue su curso cíclico para devolvernos la nostalgia, los colores pálidos, y la caída de las hojas del otoño.