lunes, 9 de noviembre de 2009

Día de pueblo

La aldea mola. Es un lugar en el que el tiempo parece detenerse. Un sitio con pocos cambios y paz relativa; siempre que no cante el gallo, claro está. Desde el pueblo la vida se ve de otra manera, los paseos se convierten en evasiones, el ambiente tiene mil olores y la gente te pregunta de quién eres. Si hasta los perros te ladran porque te creen desconocido. La verdad, pasar un rato desconectando de la vida ajetreada en la ciudad no viene nada mal para cuerpo y mente aunque no te dé alas.