jueves, 26 de noviembre de 2009

En el monástico retiro

Llevamos días de mal tiempo. Días tristes otoñales en los que el escapar de la ciudad no es plácido. Días en los que el paraguas se convierte en un compañero esencial para pasear por cualquier rincón.
Hace no demasiado tiempo, me dió por hacer una visita al hotel-monumento monasterio de San Clodio. El día elegido no era el más propicio, pero de la visita al cenobio saqué alguna que otra instantánea bonita, entre piedras centenarias mojadas.