Transmitía una calma relativa. Como un ser sereno e inmutable al baño de masas humanas que estaba sometido. A pesar de los cientos de cámaras con aterradores "flashes" se mostraba indiferente. Erguido, elegante y fornido, su majestuoso plumaje era digno de admiración. Aunque lo más curioso era que la bonita ave rapaz, estaba sin ningún tipo de atadura. El cetrero confiaba tanto en su animal, compañero y amigo, que prefería dotarlo de cierta libertad.
Yo no le he preguntado, ni le he pedido que posara, pero él me ha mostrado su mejor perfil.
Yo no le he preguntado, ni le he pedido que posara, pero él me ha mostrado su mejor perfil.