viernes, 9 de abril de 2010

Aquella tímida mirada

Transmitía una calma relativa. Como un ser sereno e inmutable al baño de masas humanas que estaba sometido. A pesar de los cientos de cámaras con aterradores "flashes" se mostraba indiferente. Erguido, elegante y fornido, su majestuoso plumaje era digno de admiración. Aunque lo más curioso era que la bonita ave rapaz, estaba sin ningún tipo de atadura. El cetrero confiaba tanto en su animal, compañero y amigo, que prefería dotarlo de cierta libertad.
Yo no le he preguntado, ni le he pedido que posara, pero él me ha mostrado su mejor perfil.