martes, 3 de noviembre de 2009

Sobre una alfombra de raíz

Hace algún tiempo ya, de visita en las Batuecas, llegamos a un recóndito lugar en el fondo de un precioso y profundo valle en el que se encontraba el monasterio de las Batuecas. Un lugar curioso y recóndito en una de las comarcas más aisladas de todo el país. El nombre correcto del monasterio es el Convento del Desierto Carmelitano construído en el S. SVI y perteneciente a la orden de PP. Carmelitas Descalzos, llevando una vida erémitica. El acceso al interior de dicho lugar está prohibido y según he podido leer en la red es catalogado como un lugar sencillo y austero. Por cierto la comunidad de tal lugar tiene un blog en la red. (Aquí enlace) Cierto es, que el lugar era un tanto curioso y especial.
Como del monasterio no he podido sacar fotos, para mí, lo más llamativo de tal lugar fue el comienzo de una pequeña ruta de senderismo que partía desde la puerta del acceso al cenobio y que bordeaba paralelo a uno de sus muros para adentrarse valle arriba a través de un frondoso bosque. El suelo que pisaba, durante un buen puñado de metros, era una gran alfombra de raíces.